Por décadas el liderato independentista ha estado, por complicidad o ignorancia, traicionando la patria que juran defender. El Estado Libre Asociado es, dentro de nuestro contexto colonial impuesto por el imperialismo estadounidense, el fruto de nuestros esfuerzos colectivos por adquirir y ejercer el máximo de gobierno propio que nos sea posible. Es un esfuerzo descolonizador dentro del contexto del imperialismo ejercido por el mayor imperio militar de la historia. Por tanto si el estatus actual es territorial, colonial y vergonzoso eso no es culpa del liderato popular. Eso es culpa del imperio que nos invadio y se ha negado a bregar de a verdura con el asunto de nuestro estatus político.
Si somos esclavos que se averguenze el amo. Nosotros seguiremos demandando nuestra libertad.
Nuestro caso de colonialismo, sin embargo, no es cuestión de falta de derechos y libertades individuales. De esas tenemos suficientes, quiza demasiadas, y un poco más de disciplina y sentido de obligaciones ciudadanas y patrióticas nos haría bien. Nuestro caso es uno de falta de libertades colectivas. Desde los 1800s hemos advenido al estatus colectivo de conciencia nacional. Dejamos de ser un reguerete de gente para convertirnos en un pueblo; en un ente, en un ser colectivo llamado NACIÓN. Somos una nación. Todavia no somos una nación soberana, pero ya hace unos doscientos años que somos una nación.
Como nación tenemos unos derechos y unas obligaciones colectivas que se le deben reconocer a toda nación, pero a nosotros se nos niegan. Bajo el estatus actual, esa negación, afortunadamente, no es absoluta. Cuando menos se nos reconoce nuestra identidad cultural-nacional.... a medias, pero algo es algo... y, más importante aun, se nos reconoce nuestro derecho a reclamar y obtener la plena soberania nacional, es decir la Independencia política.
Si nos unimos como pueblo podemos lograr que el ELA crezca en la dirección de la soberania nacional, un paso a la vez, o de forma inmediata.
La estadidad federada es otra cosa. Bajo ese estatus solo existe una identidad nacional reconocida. Esa es la identidad nacional creada por el Gobierno Federal luego de aplastar las ansias de Soberanía Nacional de los Estados del Sur. Al terminar la Guerra Secesionista del Sur, allá para los 1870, el gobierno federal unido a los grandes compañías de aquel entonces, precursores de las mega corporaciones de hoy, se dieron a la tarea de crear una Identidad Nacional e imponerle esa identidad nacional federal a todos los Estados.
Desde entonces esa identidad nacional es la única permitida por el Régimen Central Estadounidense. A los estados como Texas, California, Alaska o Hawwaii, y a las regiones como la Nueva Inglaterra, el Sur Histórico o la Península de Delmarva, frente a Washington D.C., no se les permite promover, proclamar o defender las identidades proto-nacionales que por mucho tiempo se han estado cuajando en esos lares.
Dentro de la Unión estadounidense el mayor pecado que cualquier estado o región puede cometer es defender y proclamar su propia identidad nacional, su propia nacionalidad. Se les permite hablar de herencia étnica u orgullo regional, pero siempre subordinado a la Omnipotente Nacionalidad Estadounidense, enmascarada de seguridad nacional, creada por el gobierno federal despues de la Guerra Secesionista del Sur.
Por tanto, de Puerto Rico advenir a la Estadidad Federada surgiría un conflicto inmediato entre la negativa del régimen a reconocerle a los estados y regiones sus propias identidades nacionales y la realidad inamovible de la Nacionalidad Puertorriqueña. Ese conflicto sería inmediato, total y absoluto, y se manifestaría dentro de un esquema federativo que no admite ni reconoce el derecho de los Estados a separarse de la Unión. Sería por tanto, un conflicto a muerte: o muere la nación puertorriqueña o muere la Identidad Nacional artificial creada por el régimen federal luego de la Guerra Secesionista del Sur.
Es por esto que en el caso específico de la Nación puertorriqueña, la integración política de Puerto Rico a la Unión estadounidense mediante el mecanismo de la Estadidad Federada sería la manifestación más asquerosa, conflictiva y explosiva del coloniaje. El ELA es fruto de nuestra lucha y resistencia continua en contra del imperialismo estadounidiense que nos quiere tragar; la Estadidad Federada es permitir que el Imperio nos trague. La diferencia entre ambas no es cuestión de grados o cantidad de coloniaje. Es cuestión de principios y de la naturaleza innata a cada una de ellas. Uno representa el fruto de nuestra lucha por superar el coloniaje, el otro el coloniaje en su máxima y más apestosa expresión.
Por tanto, todo aquel independentista, nacionalista o soberanista que dirige sus ataques en contra del ELA mientras da la impresión de aceptar la Estadidad como una formula descolonizadora, está actuando como un traidor a la patria puertorriqueña. Está preparando el terreno para que las masas de puertorriqueños sometidos al yugo imperialista y a los temores coloniales que ese yugo genera, al buscar una alternativa al mismo opten por la Estadidad como una supuesta formula descolonizadora.
Bajo el ELA aun no nos hemos sometido al imperio. Al ELA aun y siempre será posible desarrollarlo en una ruta de crecimiento soberanista. La Estadidad Federada, por el contrario es permitir que nos trague la Union y una vez en su tracto digestivo trate de digerirnos, borrando para siempre todo vestigio de nuestra identidad nacional. LA ESTADIDAD FEDERADA, por tanto, ES LA COLONIA EN SU MÁXIMA Y MAS APESTOSA EXPRESIÓN.
Pero si esa Estadidad llegase a llegar, y si la bestia imperial llegase a tragarnos, que se atenga a las consecuencias, porque desde ahora le advertimos que seremos un diamante grande, duro, puntiagudo y filoso en su tracto digestivo. Al final saldremos al otro lado y un poco de lluvia borrará toda la sangre y el excremento que se halla podido adherir a nuestra superficie nacional. Lo que le pase a las entrañas de la bestia, eso lo dejamos a su imaginación.
El poder dominante en Washington es la prensa liberal y el lobby judio (dos caras de la misma moneda). Si la estadidad federada ganase un plebiscito en Puerto Rico y la prensa liberal, la prensa hispana, y el todopoderoso lobby judio lanzan su enorme peso a favor de la incorporacion de Puerto Rico como estado federal, en menos de tres años Puerto Rico será el estado 51.
La prensa liberal cree y proclama las alegadas virtudes del multi-culturalismo y las acciones politicamente correctas. Un Estado con una identidad claramente latinoamericana seria, a sus ojos, un paso de avance en la multiculturizacion de la Unión. De igual manera, la prensa, los medios y las corporaciones hispanas de Estados Unidos verían como algo positivo, para sus propósitos multiculturales, la incorporación de Puerto Rico como estado federal. Finalmente el lobby judío responde a una visión de mundo definida por los fariseos que a través de los siglos desarrollaron el Talmud y el Zohar judío. Esa visión inculca en los judíos un anhelo subyacente por socavar las bases y la unidad cultural, nacional de las naciones e imperios gentiles. Desde Roma hasta nuestros días esa ha sido su actitud ante las naciones en las cuales han habitado. Que mejor forma de dividir, y a sus ojos socavar a la Unión estadounidense que integrar como estado federal a países foráneos que de ninguna manera podrían ser asimilados por la Unión.
Conociendo pues, la mentalidad y la tendencia natural colectiva del judaísmo, podemos ver que ellos lanzarían todo su poder e influencia en apoyo de la Estadidad federada para Puerto Rico. Todo lo que hace falta, para que la prensa liberal, los medios hispanos de Estados Unidos y el todopoderoso lobby judío impulsen e impongan la incorporación de Puerto Rico como estado federal es que la Estadidad federada sea apoyada por la mayoría del pueblo puertorriqueño.
Una vez se de ese paso, lo demás vendrá por añadidura. La Estadidad federada, para todos los fines prácticos habrá llegado. La bestia se habrá tragado el diamante grande, duro puntiagudo y filoso. El gran conflicto entre Washington y San Juan habrá comenzado. Viviremos algunos años de excremento colonial en su máxima expresión... pero al final saldremos al otro lado libres, independientes y soberanos.
La estrategia para lograr ese objetivo es simple, sencilla e inmisericordemente efectiva. A lo largo y ancho de la Unión existen un gran numero de identidades proto-nacionales en distintos grados de desarrollo. Hasta hace poco la hegemonía imperial de los Estados Unidos y los beneficios económicos que esto les daba a los estadounidenses habían desalentado el desarrollo de dichas identidades proto-nacionales. Mas allá de los elementos culturales no existían razones económicas sustantivas, que apoyaran su desarrollo. Los beneficios materiales de ser parte del imperio eran muchos, los de separarse de la Unión no eran tan claros. Esa ecuación ha cambiado.
Por imperialismo queremos significar el sometimiento de otros países y jurisdicciones a los intereses de un determinado país u organización. En el caso del Imperialismo estadounidense estamos hablando del sometimiento de la inmensa mayoría de los países supuestamente soberanos del mundo a los intereses nacionales de los Estados Unidos. Gracias a esto la Unión y sus residentes se beneficiaban del mal ajeno, chupándole, directa o indirectamente, los recursos naturales, las riquezas, y hasta lo mejor de su población a los demás países del mundo.
Esa era ha pasado. Ya los Estados Unidos no tienen el salten por el mango. La Unión Europea es mucho más grande y avanzada tecnológicamente que los Estados Unidos. Esta verdad se oculta comparando las capacidades de la Unión estadounidense con las capacidades de los miembros individuales de la Unión Europea. Estados Unidos versus Inglaterra, Estados Unidos versus Francia, Estados Unidos versus Alemania, etc. etc. De esta forma aun lucen más grandes y poderosos. Pero si comparamos las capacidades de los Estados Unidos versus las capacidades de la Unión Europea en su totalidad, veremos lo rezagado que se está quedando el Tío Sam.
Ante China la situación es aun peor. Ya China, como país individual y por si sola es la segunda potencia económica del mundo y en una década se espera que desplace a los Estados Unidos como la primera. Por los últimos 60 años la moneda de Reserva mundial había sido el dolar. Ya no lo es. Ahora se utilizan varias monedas, incluyendo el dolar pero también el Euro europeo y el Yuan Chino. China, de hecho está presionando a otras naciones con las cuales comercia para que adopten la moneda China como su moneda de reserva oficial. Cada día son más y más los bancos y gobiernos que están descartando al dolar como moneda de reserva oficial.
En Sur América poco a poco se están moviendo hacia una Unión regional similar, en muchos aspectos, a la Unión Europea. Brasil está surgiendo como la gran potencia comercial del Sur mientras que Venezuela está surgiendo como una gran potencia militar. De seguir este camino en pocos años Estados Unidos tendrá que bregar con una Europa Unificada, una China como primera potencia mundial y una Sur América también unificada. La era de la hegemonía imperial estadounidense ha terminado.
La era de las vacas gordas ha llegado a su fin y como todo país acostumbrado a vivir del imperialismo, el pueblo estadounidense ahora tendrá que adaptarse a vivir sin los beneficios que su hegemonía imperialista les confería; y esos beneficios eran muchos. De ahora en adelante tendrán que vivir sin ellos. Dentro de este contexto aquellas identidades proto-nacionales que estaban latentes ahora tendrán la oportunidad y el terreno adecuado para crecer y desarrollarse. Ante un imperio decreciente y empobrecido los Estados y regiones comenzaran a preguntarse, como ya lo están haciendo, si seria mejor abandonar la Unión y luchar cada cual por su propio bien dentro del contexto de la nueva realidad mundial.
Es dentro de este contexto que el nuevo estado-nación de Puerto Rico encontrará un ambiente apropiado para sembrar las semillas del nacionalismo estatal-regional. Y así lo haremos, con toda la intensidad y el gusto que sea necesario. Esas identidades proto-nacionales serán vitalizadas, energizadas, revividas y fortalecidas con toda la deliberada intención de lograr la transformación o el desmembramiento de la Unión.
Para nosotros, acá en Puerto Rico, la Estadidad federada será la colonia y el conflicto colonial en su máxima expresión. Pero también será la gran oportunidad de llevar nuestro mensaje y nuestra actitud nacionalista a cada esquina y rincón de la Unión. La Nacionalidad Puertorriqueña y la Identidad Nacional artificial creada por el Gobierno Federal al concluir la Guerra Secesionista del Sur entraran en un conflicto permanente; en una guerra a muerte, la cual nos aseguraremos de ganar.
Con la llegada de la Estadidad federada el momento de la suprema definición de la Nación Puertorriqueña habrá llegado y el conflicto final habrá comenzado. Desde ahora quedan advertidos de lo que haremos para ganar ese conflicto. Contagiaremos a todos los estados y regiones de la Unión con la vitalidad de nuestra identidad nacional. Activaremos, fortaleceremos, promoveremos, revitalizaremos, y lidearemos todas y cada una de las identidades protonacionales a lo largo y ancho de la Unión hasta lograr la eliminación del régimen federal que hoy impera sobre la Unión. Así de claro y así de sencillo.
El Imperialismo Federal inevitablemente entrará en conflicto con las nuevas identidades nacionales que habrán de surgir a lo largo y ancho de la Union, y la Unión tendrá que transformarse o volará en cantos. Queden advertidos.
La Estadidad, la colonia en su máxima expresión, es posible y hasta probable que llegue a Puerto Rico, pero de hacerlo, no traerá ni paz ni sosiego. Encenderá el mayor conflicto en la historia de la Unión. Al final del mismo la Unión se habrá transformado o habrá volado en cantos. De una u otra forma nosotros, la nación puertorriqueña, habremos de alcanzar nuestro destino de plena soberania nacional.
Esa es la perfecta voluntad de Dios no solo para Puerto Rico sino también para todos los pueblos y todas las naciones. Dios no quiere la esclavitud de los individuos ni la subordinación de las naciones; de unas a otras, o de muchas a los intereses centralizados de unos pocos.
El quiere que cada ser consciente, sea individual o colectivo, sea libre y soberano sobre su propia vida y existencia. EL quiere que cada ser consciente, cada ente individual o colectivo disfrute de un espacio de soberanía propia donde cada cual sea dueño absoluto y responsable total de sus actos. Dios quiere que todo ente individual y colectivo, todo ser humano y toda nación sea libre y soberano, y que toda asociación entre individuos o entre naciones esta basada en esa soberanía individual y nacional. ELH, ELHA, YE-JO-VAH Dios, así lo quiere, y eventualmente así habrá de suceder. Pobre de aquellos que insistan en oponerse a su perfecta voluntad. Tarde o temprano tendrán que rendirle cuentas a EL.